MANUEL DÍAZ-MORCILLO ESTRADA
Capellán del Hospital de la Visitación (Toledo)
Natural de Toledo, nació el 6 de diciembre de 1871. Tras realizar los estudios sacerdotales, fue ordenado el 21 de diciembre de 1895. Al año siguiente fue nombrado capellán de vara plata de la Catedral Primada. En 1902, capellán cumplidor de misa de doce.
En 1915, en una noticia dada en “El Castellano” sobre una boda que preside, se habla de él como “el ilustrado sacerdote toledanoD. Manuel Díaz Morcillo”.
En 1921, fue nombrado capellán de Monte Sión.
La fundación del Císter de Nuestra Señora de Monte Sión es del año 1425. Pero, a pesar de siglos de florecimiento, las sucesivas desamortizaciones de la primera mitad del XIX hicieron mella especialmente en este monasterio. Así que, después de pasar por varias manos, en 1912, el monasterio y sus tierras fueron vendidos a Luis de Urquijo y Ussía, marqués de Amurrio. Por iniciativa del Príncipe de Asturias (futuro Alfonso XIII), el marqués de Amurrio, hacia 1920 intentó la creación de una industria sericícola, no sedera como algunos han dicho, pues nunca introdujo telares para producir tejidos, plantó más de 30.000 moreras en su finca de San Bernardo, creando la «Real Estación Sericícola San Bernardo», con lo que comenzó una verdadera artesanía en la producción de capullos de seda. Al frente de esta estación sericícola puso al capellán-administrador de la finca, don Bernardo del Campo, y pronto se pusieron las primeras máquinas para la hilatura de la seda en su casa de labor. La primera cosecha parece que produjo cerca de un millón de capullos que dieron más de 2.000 kilos de seda y dio trabajo a diversos operarios y operarias en las operaciones de desbojar, limpiar y ahogar los capullos.
Antes que don Bernardo del Campo, famoso capellán-administrador que consiguió dar fama a la plantación, don Manuel ejerció primero de capellán.
Antes que don Bernardo del Campo, famoso capellán-administrador que consiguió dar fama a la plantación, don Manuel ejerció primero de capellán.
Finalmente, en 1927, se le nombra capellán del Hospital de Dementes de la Ciudad Imperial.
El Hospital del Nuncio, de Toledo, también llamado de la Visitación, de Inocentes o de Dementes, que por todos estos nombres ha sido conocido, debe el primero y más popular de ellos, a su fundador Francisco Ortiz, canónigo de la Catedral Primada y Nuncio Apostólico de Su Santidad.
En 1836, las nuevas leyes le hacen depender de la Junta Provincial de Beneficencia y una Real Orden de 3 de abril de 1843 le declara Establecimiento Provincial, carácter que conserva todavía; y, en fin, desde el 20 de agosto de 1877, las Hijas de la Caridad atienden a los enfermos de ambos sexos de esta benemérita institución, incluso en los dramáticos momentos de nuestra Guerra Civil y del voraz incendio de la madrugada del 31 de marzo de 1953.
En cuanto a la primitiva ubicación del hospital permanecerá en Nuncio Viejo hasta fines del siglo XVIII, en que el gran cardenal Lorenzana decide la construcción de un nuevo edificio, según proyecto de Ignacio Haan, siendo trasladados los enfermos el 15 de mayo de 1794. El lugar escogido en la llamada calle Real o del Nuncio Nuevo. Magnífico edificio de corte neoclásico, en donde las asistencias se prolongan, hasta noviembre de 1976 en que los enfermos son instalados en el actual Hospital Psiquiátrico Provincial de San José, construido y dotado (con más modernos criterios asistenciales) por la Excma. Diputación de Toledo, en terrenos de la finca conocida como la Vinagra, inaugurado en 1977. El Centro se ha ido transformando, actualmente, bajo el nombre de Complejo Socio-Sanitario San José, engloba el Servicio de Salud Mental, Unidad Residencial y Rehabilitadora, la Residencia Social Asistida y un Centro de Día Psicogeriátrico.
En 1936, don Manuel que cuenta con 65 años, sigue siendo el capellán del Hospital del Nuncio. Residía en el propio edificio, ubicado en el nº 12 de la calle Real. A los pocos días de estallar la persecución religiosa, concretamente el 25 de julio, le exigieron que se marchara del Manicomio. Él no sabe adónde ir. Tomó el breviario y salió sin rumbo. En la misma puerta fue detenido por los republicanos y conducido hacia el Paseo del Tránsito. Al comprender el destino dicen los testigos que caminó entre los esbirros con el breviario abierto y rezando. Llegado al Paseo del Tránsito le fusilaron. Fue a mediodía.