ILDEFONSO NIETO AMBROJO
Párroco de Garlitos (Badajoz)
Ildefonso nació en Siruela (Badajoz) el 23 de enero de 1899. Sus padres se llamaban Silverio Nieto Ambrojo y Juana Ambrojo Cendrero. Tras su paso por el seminario de Toledo, recibió la ordenación sacerdotal el 5 de abril de 1924. El día 23, a las 10 de la mañana, celebra “solemnemente por primera vez el Santo Sacrificio de la Misa”. En el recordatorio de primera misa podemos leer que “harán su primera Comunión este día las niñas Teodora Nieto Ambrojo y Brígida Nieto Urraco, hermana y prima del celebrante”.
Cuando arranca la década de los 30 ejerce el ministerio, como coadjutor, en Cazorla (Jaén). De allí paso a ser ecónomo de la parroquia de San Juan Bautista de Garlitos (Badajoz). Al estallar la guerra decide refugiarse con los suyos donde piensa que estará más seguro. Cuando un conocido llega a Garlitos le pide que transmita a sus padres que va a ir a su casa. Indicándole el camino por el que iría, no por la vía principal sino por otro camino para no llamar la atención. El hombre al llegar a Siruela (pues atendía ambos pueblos), le traicionó y en lugar de avisar a sus padres y, para ganarse el favor de los de izquierdas, les dijo a estos por donde venía. Sus padres supieron que el Siervo de Dios estaba en el pueblo porque el caballo de don Ildefonso se presentó a las puertas del domicilio familiar. Al poco les avisaron de la detención.
La tragedia familiar se consumó con la detención de dos hermanos del Siervo de Dios. Felipe (de 35 años) que era el mayor, estaba viudo y vivía con sus padres. Como ya habían venido a detenerlo, su madre pidió a Felipe que se entregará para ver si así liberaban a Ildefonso. Sin embargo, los del Comité terminaron por detener también a Lorenzo (de 32 años), hermano de estos dos. Aunque esta familia era “gente de campo” tenían cierta holgura económica. En el caso de la muerte de Felipe y Lorenzo, aunque sus causas nunca estuvieron introducidas en el Proceso de beatificación que esta Postulación lleva, queda claro que la única motivación para su asesinato fue la de que eran hermanos del sacerdote, puesto que si hubiese sido por un móvil económico, por ejemplo, o por envidias -como sucedió en tantos lugares- hubieran matado también al padre. Aunque también se oyó en el pueblo que los mataron por miedo a una posterior venganza.
Recapitulando todos los datos que citábamos semanas atrás al referirnos a las Clarisas de Siruela sabemos que “el domingo 19 (de julio) vino el Sr. Capellán a darnos la Sagrada Comunión... Ayer lunes, por la tarde, han llevado al Señor Capellán (Siervo de Dios Prudencio Gallego) a la cárcel…
Y en la libreta de anotaciones de don Antonio Risco se lee en el mes de agosto: “Caedes 12 hominum hujus pópuli inter quos Praesb. Yldeph. Prudent. post minus mensis cárceris et male tractati” (Son asesinados 12 hombres del pueblo entre los cuales los presbíteros Ildefonso y Prudencio después de menos de un mes de cárcel y malos tratos).
Para los que viven en otras zonas de nuestra extensa Archidiócesis les recordamos que los mártires sobre los que estamos hablando a lo largo de estas semanas eran naturales y trabajaban en la llamada Siberia extremeña.
Según algunos este nombre fue impuesto por el duodécimo duque de Osuna, Mariano Téllez-Girón (1814-1882), señor de estas tierras, quien, a mediados del siglo XIX pasó más de diez años como embajador en Rusia. Aunque en realidad, sencillamente se cree que aludía al atraso de la comarca, a la falta de vías de comunicación, a su aislamiento, marginación y abandono que históricamente ha sufrido. Lo cierto es que, ya en 1908, en un artículo de prensa sobre la comarca, se habla de la Siberia extremeña.
La Siberia está formada por 17 municipios pacenses: Baterno, Casas de Don Pedro, Castilblanco, Esparragosa de Lares, Fuenlabrada de los Montes, Garbayuela, Garlitos, Helechosa de los Montes, Herrera del Duque, Puebla de Alcocer, Risco, Sancti-Spíritus, Siruela, Talarrubias, Tamurejo, Valdecaballeros y Villarta de los Montes. De los 17 pueblos solo Esparragosa pertenece a la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.
Así pues, el 20 de julio de 1936 fueron detenidos, Don Prudencio y Don Ildefonso junto con algunos seglares. Esos días el párroco de Siruela, don Pedro Manuel Perezagua estaba de vacaciones con su familia en Sonseca, de donde era natural, aunque también él correría allí la misma suerte, siendo asesinado el nueve de septiembre.
Don Prudencio y don Ildefonso soportaron brutales palizas en la cárcel de Siruela (Badajoz), situada próxima al Ayuntamiento. Una tal Patro, que tenía acceso a la cárcel, para llevarles la comida relató cómo estaban los presos. Don Prudencio de una paliza perdió un ojo. La colchoneta donde descansaba estaba llena de sangre. Y la mujer decía: “-Don Prudencio estaba como un Nazareno”. A su familia la pidió un jersey: ¡en pleno agosto y en Extremadura!... siempre creyeron que era para aminorar los golpes en las palizas que recibían. En la cárcel también se le escuchó ofrecerse por los que tenían familia: “-Si es suficiente con mi muerte, dejad a los demás que tienen familiares, esposa, hijos…”.
Ambos sacerdotes pudieron confortar y absolver a sus compañeros de cautiverio. Finalmente, los Siervos de Dios Prudencio Gallego e Ildefonso Nieto, en la madrugada del 18 de agosto fueron ametrallados junto a once seglares más. En los estadillos de la “Causa General” junto al nombre de los sacerdotes se señala que no pertenecían a ningún partido político. Se dice que durante su detención se les obligó a quemar las imágenes de la Iglesia. Sus cuerpos reposan en una capilla de la parroquia de Nuestra Señora de la Antigua de Siruela (Badajoz).