MARIANO GÁLVEZ DE LA HIGUERA Y MORALEDA
Coadjutor de la parroquia de San Martín y Capellán del colegio de Doncellas Nobles de Toledo
 

El Colegio de Doncellas Nobles fue fundado en la ciudad de Toledo por el cardenal Juan Martínez de Siliceo (1477-1557)  bajo el nombre de "Colegio de Doncellas Vírgenes de Nuestra Señora de los Remedios". Cuenta doña Esperanza Pedraza, en el discurso de apertura del curso académico 1984-1985 de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, que cuando llevaba ya seis años siendo arzobispo de Toledo Martínez de Siliceo decidió fundar el colegio porque “le preocupaba, sobre manera, la formación de las madres cristianas y dispone, que se haga una fundación para cien doncellas que ingresarían entre los siete y los diez años de edad, pudiendo permanecer en ella hasta su casamiento, ingreso en religión o renuncia voluntaria”.
La misma doctora Pedraza relata la famosa anécdota que sucedió una tarde de octubre, cuando “un estudiante de teología pobre en recursos pero rico en ilusiones, pasando por el portal de un zapatero, se detuvo en su chiscón para pedirle le arreglara los zapatos únicos que llevaba puestos y al irle a pagar su trabajo le dijo el zapatero: -Ya me los pagará vuesa merced, cuando sea cardenal de Toledo. Las viejas crónicas dicen que murió el zapatero y dos hijas doncellas quedaron huérfanas y desamparadas y el Cardenal agradecido fundó un colegio para cien doncellas”.

El 5 de marzo de 1551 se inaugura el Colegio y se nombra por patrono y defensor perpetuo al Arzobispo de Toledo “que por tiempo fuere”; a quien el cardenal Siliceo, en tono reiterativo y casi suplicante, se dirige para solicitarles: “Al cual, pedimos y rogamos por merced quiera aceptar el patronazgo, protección y amparo del Colegio, de las personas y haciendas de él, el cual, si fuere posible cada año… que lo visite… y mande corregir y enmendar aquello que más convenga para el servicio de Dios y bien del Colegio”.
En tiempos del cardenal Miguel Payá (1886-1891), los patronos se preocuparon del aumento de las plazas. En 1902 eran ya cien las colegialas. El edificio se hacía pequeño y hubo que comprar unas casas contiguas que se unieron por el pasadizo que aparece en la fotografía. El cardenal Victoriano Guisasola (1013-1920) dedicó tiempo y estudio a acomodarlas a los tiempos y necesidades de la vida moderna. En nuestros días, durante el pontificado del cardenal Marcelo González Martín (1972-1995), fue muy alabada la solución que se dio cuando el Colegio pasó a ser Residencia Universitaria y así, tras más de cuatro siglos de existencia, se respetó escrupulosamente la voluntad del cardenal Siliceo.

Igualmente, el cardenal Martínez de Siliceo decidió nombrar al rey Felipe II, y a todos sus sucesores, patronos del Colegio. Siglos después, exactamente en 1928, el rey Alfonso XIII visitó el Colegio de Doncellas Nobles, institución que no conocía personalmente. Le acompañaron el cardenal Segura; el Deán de la Catedral, Beato José Polo y el Director del Colegio, Siervo de Dios Agustín Rodríguez, además del Gobernador Civil y del Alcalde de la ciudad.
Ya en su momento hablamos del Siervo de Dios Agustín Rodríguez Rodríguez que encabeza la Causa de la Archidiócesis de Toledo junto al Obispo de Sigüenza, el Siervo de Dios Eustaquio Nieto y Martín y otros 464 mártires.
Cuando se publicaron sus notas biográficas (NM/124 – 2009) recordábamos que al ser nombrado para el cargo de Director del Colegio de Doncellas Nobles el Siervo de Dios “pudo desarrollar toda su gustosa y profunda inclinación didáctica. Lo mejor de su espíritu, de su sabiduría y su talento, lo puso allí. No sólo se entregó a la dirección moral de las jóvenes, sino que abordó, con toda hondura, la reforma pedagógica de los estudios de aquel internado, siempre con ánimo de buscar para las colegialas una preparación seria, moderna y útil. Hizo “programas escolares” para cada una de las enseñanzas”.

En los últimos meses, antes de sufrir el martirio (23 de agosto de 1936) preparaba la reforma del Reglamento del Colegio, buscando que fueran muchas más las jóvenes que disfrutasen de los beneficios de aquella rica y notable Institución. Como cosa inmediata, pensaba organizar, dentro del Colegio, la fabricación de cerámica artística, como enseñanza útil y bella para las colegialas.
Desde el principio el Colegio de Doncellas Nobles contó con un cabildo formado por varios sacerdotes que, junto a otras tareas pastorales, atendían a las jóvenes estudiantes.
En el texto de la doctora Esperanza Pedraza, que citábamos antes del verano, se puede leer: “en el ala sur del edificio, entrando por una de sus galerías, encontramos la capilla… nos extraña su división… coro de capellanes, con sus siete sitiales, que nos hacen recordar el paso de los que aquí dejaron su huella”. ¡Hasta cuatro capellanes sufrirán el martirio en aquel aciago verano de 1936!

Siervo de Dios Mariano Gálvez de la Higuera y Moraleda. Nació el 7 de diciembre de 1879 en Almonacid de Toledo. Se ordenó el 28 de mayo de 1904. Ejercía, al estallar el conflicto armado, como coadjutor de la parroquia de San Martín y capellán del Colegio de Doncellas Nobles de la ciudad imperial. Según refiere el Anuario Diocesano para el año 1930 “la parroquia de San Martín, desde 1840, radica en el maravilloso templo de San Juan de los Reyes… La filial de Santo Tomé existía ya como parroquia en el siglo  VII”. Actualmente, en este templo, se conserva una lápida en la que se refiere el nombre de los sacerdotes que sufrieron el martirio en el verano de 1936: entre ellos don Mariano.

En los pocos días que precedieron a su muerte estaba convencido de que el ambiente de persecución latente desde el mes de febrero provocaría mártires y que él podría serlo. “-¿Dios quiere mártires?”, decía. “Pues, ¡lo seremos con su ayuda!”. Cuando hacia las siete de la tarde, del 1 de agosto de 1936, fueron a buscarle las milicias a su domicilio, para asesinarlo en el cercano Paseo del Tránsito, iba despidiéndose con serenidad de los vecinos y conocidos que se acercaban a él.

 

Sepulcro del cardenal Siliceo en Doncellas Nobles

Sepulcro del cardenal Siliceo en Doncellas Nobles

Cobertizo en el Colegio de Doncellas en Toledo en 1982. Fotografía de John Fyfe

Cobertizo en el Colegio de Doncellas en Toledo en 1982. Fotografía de John Fyfe

Pasaje elevado que comunica el edificio primitivo con la ampliación

Pasaje elevado que comunica el edificio primitivo con la ampliación

El SD Agustín Rodríguez con Alfonso XIII

El SD Agustín Rodríguez con Alfonso XIII

Profesores del colegio de Doncellas Nobles a principios del siglo XX

Profesores del colegio de Doncellas Nobles a principios del siglo XX

En Santo Tomé

En Santo Tomé