GREGORIO GÓMEZ DE LAS HERAS
Capellán mozárabe de la S.I. Catedral de Toledo y capellán del Hospital Tavera

Gregorio y Toribio Gómez de las Heras eran capellanes mozárabes de la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo. Naturales de Carriches, Gregorio había nacido el 25 de mayo de 1871 y Toribio el 16 de abril de 1879.
Unidos por el apostolado, siguieron igual suerte durante los primeros días tras estallar el conflicto nacional. Además de la capellanía mozárabe, don Gregorio era capellán del Hospital Tavera. Don Toribio le ayudaba y vivían juntos.
Cuando el 22 de julio de 1936 se retiró la guarnición que desde el propio Hospital Tavera resistía a los milicianos venidos desde Madrid, tuvo que marchar también él junto con su hermano Toribio, don Agustín Rodríguez, Teniente Vicario General de la diócesis, el P. Emilio Rubio Fernández, franciscano, y las Hijas de la Caridad que atendían dicha Institución. El día anterior todos se prepararon a la muerte confesándose y confesando a los que lo desearon (Las biografías del P. Emilio y de Don Agustín Rodríguez ya fueron publicadas en el primer número de Bienaventurados) .
Les ofrecieron entrar en el Alcázar, pero ninguno de ellos aceptó: Don Agustín fue detenido a las pocas horas. Don Gregorio, don Toribio y el P. Emilio pensaron que estarían más seguros en casa de su hermana Aniana, en la calle del Pozo Amargo, y hacía allí se dirigieron andando, pero al pasar por la Puerta de Bisagra, se dieron cuenta que los milicianos les seguían muy de cerca, por lo que se refugiaron en una conocida hospedería de la calle Alfonso VI. Los milicianos que habían comenzado la búsqueda frenética de sacerdotes para eliminarlos, según consignas recibidas meses atrás, dieron con una mujer que delató a los sacerdotes:

Allí hay curas, se han escondido. 
Entonces entraron a por ellos, pero la mujer que los había acogido lo negó y, cuando salieron, la que les había denunciado les insistió: 
-Que los hay, que los he visto entrar. 
Los milicianos amenazaron con un pistolón a la pobre mujer... y entonces salieron el P. Emilio y don Gregorio, reservándose su hermano. Sacados a la calle, ambos fueron abatidos por los milicianos de la República... bajo la atenta mirada de la Virgen de la Estrella, cuya iglesia se encuentra junto a la parroquia de Santiago del Arrabal. Don Gregorio Gómez de las Heras fue el primer sacerdote asesinado en la ciudad de Toledo.
Don Toribio, vestido de paisano, se refugió durante unos días en una casa de campo de una sobrina y, viendo que hacía peligrar a su familia, se dirigió andando a Carriches. Allí pensó que estaría seguro. Era 30 de julio. Pero cuando estaba a punto de llegar fue descubierto por unos milicianos, le robaron cuanto llevaba y, después de divertirse sádicamente con él, lo fusilaron en las cercanías del cementerio.
Al término de la contienda fueron enterrados en Carriches, a los pies de la Virgen de la Encina.