BERNARDO MARTÍN ROBLEDO
Coadjutor de la Parroquia de San Nicolás de Bari (Toledo)

Nació el 22 de abril de 1884 en Toledo. Tras realizar sus estudios, recibió la ordenación sacerdote, el 13 de junio de 1908, de manos del obispo auxiliar, Monseñor Prudencio Melo y Alcalde.
Su primer destino le lleva de regente a Valmojado (Toledo), siendo trasladado, en ese mismo año, a los Navalmorales (Toledo), como coadjutor. De allí pasará en 1914 a Montearagón (Toledo), como ecónomo. Al año siguiente, se le nombra ecónomo de Escalona (Toledo).
En 1916, llega a la ciudad de Toledo, para ejercer el ministerio como coadjutor de la parroquia de San Nicolás De Bari y sacristán segundo de la Catedral Primada. En 1929, pasa a ser coadjutor de la parroquia toledana de los Santos Justo y Pastor.
Cuando estalla la guerra civil española y, mientras prosigue la persecución religiosa, de nuevo lo encontramos ejerciendo el ministerio como coadjutor de la parroquia de San Nicolás junto al Siervo de Dios Pascual Martín de Mora.
Don Bernardo además tenía a su cargo la administración de una finca de las cercanías de Toledo. Además era depositario de los fondos de algunas asociaciones.
Desde el 22 de julio, fecha en que asesinaron a su párroco, vivía junto a su hermana preparándose a su pronta muerte.
Hacia las dos de la tarde, del 31 de julio, llegaron los milicianos. Con ellos venía un trabajador de la finca, que conocía la costumbre de pagar a los obreros el día primero de cada mes, por lo que sospechaban que don Bernardo habría sacado ya el dinero del banco. En cuanto llegaron, le cachearon y lo registraron todo, apoderándose del dinero de esa administración, de los fondos de las asociaciones y del suyo y de su hermana. Luego le pidieron que les acompañase para unas gestiones en un banco y en el comité. Se despidió de su hermana absolviéndola. Adonde realmente le condujeron fue al Paseo del Tránsito donde le fusilaron nada más llegar.
Tal vez, tratándose de un caso aislado, podríamos dudar de las causas de su martirio (no por ser sacerdote, si no por el tema económico) pero al enmarcarse el asesinato del Siervo de Dios Bernardo Martín en una cacería dentro de la ciudad Imperial (¡42 sacerdotes y religiosos han sufrido ya el martirio en solo diez días!) quedan mucho más palpable las causas de su martirio.