RICARDO RICO Y GÓMEZ DE LAS HERAS
Ecónomo de Mazuecos (Guadalajara)
Natural de Carpio de Tajo (Toledo), Ricardo había nacido en 1892. Sus padres se llamaban Demetrio Rico Lucas y Felisa Gómez de las Heras Ramírez. El matrimonio tuvo tres hijos: Ricardo, Demetrio y Clementina. A su vez, su madre era hermana de los siervos de Dios Gregorio y Toribio Gómez de las Heras, capellanes mozárabes de la Catedral Primada de Toledo que sufrieron en el martirio en los primeros días de la persecución religiosa.
Ricardo ingresó en el Seminario Conciliar de Toledo, cursando 1º de filosofía, y luego sagrada teología, tras concurrir y obtener una beca de famulatura, aparece en “El Castellano” del 4 de noviembre de 1913 y en el del 2 de octubre de 1917, respectivamente. Fue ordenado sacerdote, el 5 de abril de 1919, en la capilla del Palacio Arzobispal de Toledo por el cardenal Victoriano Guisasola.
Tras sus primeros nombramientos, entre ellos el de regente de Almonacid de Zorita (Guadalajara), en el verano de 1925 es nombrado párroco de San Julián de Noez (Toledo). En 1930 el Anuario Diocesano lo registra como párroco del pueblo jienense de Santo Tomé, en la sierra de Cazorla, que por entonces pertenecía a la Archidiócesis Primada de Toledo. De ahí lo trasladaron a Mazuecos (Guadalajara), como cura ecónomo.
Cuando estalla la Guerra Civil española, don Ricardo se encontraba en Madrid realizando unas gestiones. Semanas después escribió al pueblo manifestando su deseo de regresar a él, pero como desde Mazuecos le desaconsejaban la vuelta, permaneció en Madrid. La realidad de este pueblo, de casi novecientos feligreses, era la misma que se estaba dando en todas partes: el templo parroquial, incautado en los primeros días, fue saqueado, quedando destruidos algunos altares e imágenes, así como gran número de ropas y ornamentos. Las Sagradas Formas fueron tiradas por el pavimento y pisoteadas. El templo se destinó a almacén, y la casa rectoral sirvió para lugar de reuniones marxistas, pues la familia del sacerdote, considerada como desafecta a la República, fue desahuciada y arrojada de ella.
La familia ha conservado varias cartas, cuyas copias entregaron a la Postulación. En una de ellas, mecanografiada, con fecha del 31 de julio de 1939, la familia se interesa por los efectos personales que pudieran haber quedado del señor cura en la casa parroquial de Mazuecos (Guadalajara), Tras referir lo que allí queda, y de cómo pueden recogerlos “cuando tengan por conveniente”, se afirma: “los demás útiles de su propiedad fueron robados por las hordas rojas y continúan haciéndose gestiones en el referido pueblo para ver la forma de que puedan resarcirse de todas las prendas propiedad del señor cura”.
Su hermano Demetrio declarará que “su hermano sacerdote se encontraba en Madrid cuando comenzó la rebelión marxista, sin poder regresar a la referida localidad por la interrupción de las comunicaciones, hospedándose en la calle del Prado, nº 10 -Pensión Loreto-”.
Otra de las cartas, escrita esta vez por el Siervo de Dios desde la pensión, lleva fecha de 4 de agosto de 1936:
Queridos hermanos Ismael y Clementina:
Aunque ya os he escrito otra que supongo habéis recibido; y además Demetrio también me dijo antes de ayer que os escribió, os dirijo ésta hoy para deciros que he tenido carta hoy de mi auxiliar, y me dice no ha quedado en ningún pueblo de por allí ninguno a quien echar mano; pues cada uno ha mandado como ha podido y el que no…; que han quemado las oficinas y saqueado sus casas, y que en mi pueblo aún no, pero lo veía en inminente y próximo peligro y me pregunta si quiero saque algo. Y que no vaya pues no está el ambiente favorable sino muy peligroso. Así es que ya veis mi situación. Si Demetrio se atreviese a ir, dándole las llaves, pero me parece que no. Aunque tengáis que hacer un esfuerzo, giradme prestadas unas pesetas. Muchos besos a las niñas y a vosotros un fuerte abrazo de vuestro hermano:
Ricardo.
Termina con una posdata: “Allí en casa solo he dejado 100 pesetas en dinero”.
La carta lleva la dirección de (calle de la) Cruz, 26 – Entresuelo derecha.
La detención “fue efectuada el 20 de agosto por miembros de las milicias ferroviarias que iban en busca de un fabricante de harinas de Tarancón y pidieron la documentación a todos los huéspedes que había en la casa, deteniendo a don Ricardo por no llevar más que una cédula personal sacada unos días antes, después de comenzada la revolución. En un taxi que utilizaban los milicianos condujeron al detenido a la Estación de Atocha y su cadáver fue visto en el Depósito Judicial a los tres o cuatro días de la detención”.
Otra declaración afirma que “fue llevado a la checa ferroviaria de la Estación del Mediodía, desapareciendo desde aquel momento y no habiendo vuelto a tener noticia alguna de su paradero creyendo haya sido asesinado”.
Aunque el lugar físico donde es detenido el Siervo de Dios en Madrid es un tema menor, no queremos dejar de señalar que la misma persona -su hermano Demetrio- declara el 10 de enero de 1940 que don Ricardo residía en el nº 21 de la calle San Pedroy luego, año y medio después, el 22 septiembre de 1941, afirma que cuando le detienen se encontraba en la pensión Loreto, en el nº 10 de la calle del Prado. La calle San Pedro es paralela a la Calle Atocha y próxima a la Estación de Atocha -donde le condujeron antes de asesinarlo- y, lo más importante, entre ambas calles San Pedro-del Prado no hay ni un kilómetro de distancia.
La carta que reseñábamos en la entrega anterior concluía poniendo la dirección del nº 26 de la madrileña calle Cruz, que se encuentra en la misma zona: la calle va desde la Carrera de San Jerónimo a la calle Atocha. Así que, es más que creíble el lógico cambio de domicilio durante el mes que pasa en el centro de Madrid, escondiéndose en las diferentes direcciones señaladas.
Respecto a la checa de la Estación del Mediodía (actualmente Estación de Atocha) estaba ubicada en el Salón Real de dicha estación ferroviaria. La gestionaban las Milicias Ferroviarias de CNT y las dirigía Eulogio Villalba Corrales. En octubre de 1936 se trasladó a la Calle del Príncipe de Vergara.