MANUEL VALIENTE VELA
Beneficiado de la Catedral de Toledo
Nació en Zaragoza el 8 de octubre de 1874. Tras realizar sus estudios, recibió la ordenación sacerdotal, el 28 de mayo de 1904, de manos del obispo de Jaca (Huesca), Fray Francisco Javier Valdés y Noriega. “El Pirineo Aragonés” informa en su edición del 19 de junio de 1904, que “en la iglesia de San Gil de Zaragoza, su pueblo natal, ha celebrado esta semana su primera misa el joven beneficiado Sochantre de nuestra catedral D. Manuel Valiente, siendo asistido en tan solemne ceremonia por ilustres prebendados, y obsequiado con la cooperación de las capillas de los templos metropolitanos. Al darle nuestra enhorabuena deseamos que Dios le ayude con su gracia en el ejercicio del ministerio sacerdotal”.
En 1907, llega a nuestra Archidiócesis tras obtener el puesto de beneficiado de la Catedral Primada, como salmista. Además recibe la capellanía del Convento de las religiosa Jerónimas de la Reina. En 1929, era capellán de San Bernardo, capellanía fundada en la parroquia de Santa Leocadia.
Finalmente al estallar la persecución religiosa, durante la mañana del 4 de agosto de 1936 sufre un registro en su casa; él, que está vestido de seglar, no ha sido reconocido como sacerdote. Sin embargo, al describir su aspecto a personas que sí le conocen, los marxistas confirman que es un cura. Es suficiente. Vuelven a buscarlo y le piden que los acompañe al Comité.
Una vez más, se dirigen hacia el Paseo del Tránsito. Los milicianos van farfullando tras el sacerdote que están hartos de matar curas viejos o enfermos, y, peor todavía, que casi ninguno de ellos se defiende. Don Manuel, haciendo gala de su apellido, se gira y les dice:
-Os he oído decir esto. Pues si vosotros no os atrevéis a matarme, id a buscar a otros. Aquí los espero... Esta ocasión que Dios me da yo no me la pierdo.
Cuando pasan por la iglesia de San Juan, de los PP. Jesuitas, quiere detenerse unos momentos para pedir ayuda al Señor a fin de conservarse fiel hasta el fin. Pero los milicianos, que están bastante molestos, le golpean tan fuerte que don Manuel queda tendido en el suelo. A duras penas puede llegar al Tránsito, donde muere perdonando a sus verdugos.
En las notas necrológicas escritas en el libro-registro del Cementerio de Nuestra Señora del Sagrario, y que se conserva en el Ayuntamiento de Toledo, podemos leer: “sacerdote cantor de la Catedral, alto y delgado, de unos 50 años (D. Manuel Valiente). Nombre del usufructuario: Vicenta Valentín de Lamaja (Huesca)”.