JUSTO FLORES CATALINA
Coadjutor de la parroquia e Nuestra Señora de la Almudena (Madrid)

El 25 de febrero de 1941 el “Boletín Eclesiástico” del Arzobispado de Toledo publica “la estadística de este Arzobispado, a la que concedemos especial importancia porque con la elocuencia de sus números hablará más eficazmente que muchos discursos, a los oídos que puedan y quieran oírnos”. Mapa, población, curia diocesana, arciprestazgos, parroquias, sacerdotes… setenta página para exponer la realidad eclesiástica de Toledo tras la cruenta persecución religiosa.

Al final, un apéndice recoge los nombres de los 292 sacerdotes diocesanos mártires. Nuestro protagonista de hoy ejerció el ministerio en Madrid. Con un lacónico “residente en Madrid”, hemos tenido que reconstruir toda su vida. Cuando reciba el martirio, en el verano de 1936, está ejerciendo de coadjutor en la parroquia de Ntra. Sra. de la Almudena de Madrid (se trata de la Cripta que había sido abierta al culto en 1911), además de consiliario de la Juventud Católica de Ntra. Sra. la Real de la Almudena, daba clases de bachillerato en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús, sito en la calle de San Pedro de Madrid.

En la Causa General encontramos la declaración de su cuñado, Saturnino Bella que nos dice: “que su hermano político don Justo Flores Catalina, sacerdote, de 50 años de edad, con domicilio en Madrid, Mayor 80; fue detenido por tres milicianos, dos policías y unos guardias en su domicilio el 19 de agosto de 1936, siendo conducido a la checa de Bellas Artes, sin que pudieran volver a saber nada de él, hasta el día 21 del mismo mes de agosto, en que fue mostrada al declarante la fotografía de su cadáver en el gabinete de identificación de la Dirección General de Seguridad con el nº 83-27. Su cadáver fue inhumado, según consta en el Registro del Cementerio del Este el día 22 de agosto de 1936”.

En la declaración se afirma que un tal “Celso Cano presenció el registro del domicilio de la víctima, avisado por la esposa del declarante, en el que los agentes se incautaron de una Custodia de gran valor, propiedad de la Real Esclavitud de Nuestra Señora de la Almudena, y que él guardaba en su casa, como secretario que era de dicha Congregación. Esta Custodia había figurado en la Exposición Internacional de 1929 en Sevilla y asegurada entonces por un valor de doscientas cincuenta mil pesetas”.

Otro documento de la Causa General dice: “detenido el 19 de agosto de 1936… a la mañana siguiente apareció asesinado en la tapia del Cementerio de San Isidro”.

En la fotografía, procesión de la Virgen de la Almudena de Madrid del año 1929. Ese año, además del 9 de noviembre -día de la fiesta-, volvió a salir con motivo de las bodas de platino de la proclamación del dogma de la Inmaculada, el 8 de diciembre de 1929.

 

Don Justo nació en 1886 en Codes (Guadalajara); esta pedanía da el nombre del mártir a la calle de la iglesia. Una placa reza: "A Don Justo Flores Catalina, sacerdote hijo de este pueblo, asesinado en Madrid, el 20 agosto 1936, presente el Excmo. Ayuntamiento le dedica esta calle".

Tras realizar los estudios sacerdotales, fue ordenado en Toledo el 10 de junio de 1911 de manos del cardenal Gregorio Aguirre García. Una semana después, el domingo 18, celebra su primera misa en la iglesia de las Jerónimas del Corpus Christi (las populares Carboneras) de Madrid. De este monasterio, años después, será capellán.

Cuando la comunidad de Madres de Desamparados y San José de la Montaña inauguren, el 27 y 28 de octubre de 1920, su iglesia-capilla en el nº 15 de la calle Caracas de Madrid, don Justo aparece como secretario de la Asociación del Culto perpetuo a San José de la Montaña.

En 1926, aparece en la colocación de la primera piedra del colegio de las religiosas de San José de la Montaña de la calle Caracas (nº 15, de Madrid) y se nos dice que era director de esta Institución en Madrid. La fotografía publicada en La Nación, el 30 de julio de 1926, nos muestra, con toda seguridad, a nuestro protagonista.

Como decíamos en la primera entrega don Justo Flores era coadjutor en la parroquia de Ntra. Sra. de la Almudena de Madrid y consiliario de la Juventud Católica de la Almudena. En el segundo aniversario de su fundación podemos leer en “El Siglo Futuro” (11 de junio de 1934): “por la mañana tuvo lugar una solemne Misa cantada, en la que el consiliario don Justo Flores expresó en el sermón el gozo que produce ver a una sana juventud que empieza a sembrar la semilla del bien; les animó a no interrumpir la labor comenzada con tanto entusiasmo, ya que ellos son los destinados a ejercer el apostolado entre los jóvenes. Después de la Misa… se repartieron abundantes comestibles a los necesitados de la parroquia”.

Finalmente conservamos otra noticia en el ABC, del 19 de noviembre de 1930. Don Justo, como secretario de la Real e Ilustre Congregación de Esclavos de Nuestra Señora de la Almudena, envía una nota en nombre de la Junta de gobierno de la misma para “que se inicie una suscripción, a la que cooperarán todos los madrileños, con objeto de que se haga una carroza para la Patrona de Madrid”.