FRANCISCO MARTÍN GARCÍA-HERAS
Villarta de los Montes (Toledo)
 

Encontramos la mayor fuente de información sobre este sacerdote en un artículo publicado por el historiador Fernando Jiménez de Gregorio titulado La iglesia y la parroquia de Belvís de la Jara en el siglo XX [publicado en Toletum. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Nº 43-segundo semestre (2001)].

«El 25 de marzo de 1926 canta su primera misa el presbítero belviseño don Francisco Martín García de las Heras, predicó en ella don José Dueñas Sánchez, entonces coadjutor de Villarrubia de Santiago. Fueron padrinos de capa don Prudencio Leblic, párroco-arcipreste y don Santiago Vázquez Nombela, parroco de Aldeanueva de Barbarroya; fueron padrinos de honor, don Juan Bautista, padre del misacantano y su hermana doña Carmen».

En una nota a pie de página afirma: «Era hijo del maestro don Juan Bautista Martín García-Donaire, quien me enseñó a leer y escribir. […] Asistí a su primera misa cuando tenía 9 años; el sermón desde el púlpito, lo pronunció con la consiguiente emoción y muchos nervios. Como su padre, era nervioso».

En este segundo párrafo don Fernando se corrige siendo esta segunda fecha la correcta. Jiménez de Gregorio nació en el año 1911. Así que don Francisco se ordenó en 1920 y no en 1926.

En los Archivos diocesanos encontramos que el 20 de marzo de 1920, fue ordenado sacerdote por el entonces obispo auxiliar de Toledo, monseñor Juan Bautista Luis y Pérez (que lo fue de 1915 a 1921).

Tras sus primeros nombramientos, el “Anuario Diocesano” del Arzobispado de Toledo del año 1930, nos dice que está destinado como ecónomo en Robledo del Mazo.

Jiménez de Gregorio afirma en su trabajo que don Francisco sustituyó, en el año 1935, en varias ocasiones al párroco en alguna de sus ausencias.

Finalmente, don Juan Francisco Rivera en “La persecución religiosa en la Diócesis de Toledo” (1958) afirma en la página 331: «En Villarta (de los Montes) residía sin ejercicio parroquial alguno y viviendo de sus propiedades el sacerdote don Francisco Martín y García Heras, que el 19 de octubre de 1936, fue asesinado en las afueras del pueblo y enterrado en el campo, siendo trasladados sus restos al cementerio después de la liberación del pueblo».