DOROTEO GONZÁLEZ Y GARCÍA DE LA OSA
Ecónomo de Hontanar y Coadjutor de Navahermosa (Toledo)
Natural de Pelahustán (Toledo), Doroteo había nacido el 6 de febrero de 1878. Tras realizar los estudios en el seminario de Sigüenza, se ordenó sacerdote el 18 de marzo de 1905. Ejerció durante casi ocho años en Montarrón (Guadalajara), ya que tuvo que dedicarse a la atención de un tío suyo sacerdote que estaba enfermo. Después recibió el nombramiento de Pelahustán (Toledo).
En El Castellano del 11 de noviembre de 1915 leemos que ha sido nombrado ecónomo de Aldea en Cabo (Toledo). Luego, en el mismo periódico, del 20 de julio de 1918, se da noticia del doble nombramiento para don Doroteo como ecónomo de Hontanar y coadjutor de Navahermosa, ambas poblaciones toledanas. Residía en Navahermosa. Todos le recuerdan como un hombre bueno y caritativo, tenía la costumbre de dejar siempre unas monedas bajo la almohada de los enfermos necesitados a los que acudía a visitar. Era muy celoso en su trabajo pastoral e hiciese el tiempo que hiciese no dejaba de acudir a celebrar misa a Hontanar.
Tras estallar la guerra vio cómo se quemaban algunas imágenes de la parroquia sin poder intervenir. Tanto la iglesia parroquial como las ermitas de San Sebastián y de la Virgen del Milagro, fueron asaltadas y saqueadas. Los retablos convertidos en astillas, se quemaron en las cocinas de los milicianos; las imágenes fueron cargadas a una camioneta y en el campo se disparó sobre ellas en un simulacro de fusilamiento, siendo finalmente quemadas. Las campanas, derribadas, se dieron para chatarra de guerra. Todo el ajuar del culto fue destruido. Las sagradas formas no fueron profanadas[1].
Tras pasar los meses del verano, según declararon unos sobrinos que vivían con él, y nos imaginamos que confiado ya en que no le iba a suceder nada, como nuestro Señor Jesucristo fue “vendido” por una cantidad de dinero. Detenido con el novel sacerdote don Isabelo Esteban y otras personas del pueblo fueron asesinados en las afueras del pueblo el 30 de septiembre de 1936.
[En las fotografías: a la izquierda, en sus primeros años sacerdotales junto a un grupo familiar (él es el primero por la derecha). A la derecha, una foto de madurez. Don Doroteo recibió la palma del martirio a los 58 años de edad, tras 18 años en Navahermosa y Hontanar].
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[1] Juan Francisco RIVERA RECIO, La persecución en la Diócesis de Toledo. Tomo II, página 189. Toledo, 1958.
Con su familia
Sacerdote