RICARDO MONROY DÍAZ
Capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Ocaña(Toledo)
Hemos narrado durante estos meses lo sucedido en los conventos de clausura y de vida activa de Ocaña. Ahora pasamos a narrar el martirio del capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Ocaña, el siervo de Dios Ricardo Monroy Díaz.
Ricardo nació en Toledo en 1878, hijo legítimo de Mariano y Jacinta. Tras realizar sus estudios para acceder a las órdenes ya ha cumplido 25 años. Miguel Ángel Dionisio Vivas nos informa sobre la documentación que de él existe en la caja de Órdenes de 1903 en el Archivo Diocesano de Toledo.
En dicha documentación «está el expediente de ordenación de subdiaconado. La petición la firma el 19 de febrero de 1903, y recibirá dicha orden de manos del obispo de Madrid-Alcalá, monseñor Victoriano Guisasola y Menéndez [de aquí pasó a Valencia y sería arzobispo de Toledo de 1914 a 1920].
La petición para ordenarse de diácono está firmada el 11 de abril de 1903. En él señala que en la provisión de curatos vacantes obtuvo las parroquias de Sayatón y Anguix, pueblos de Guadalajara. Pide, por haber obtenido la dispensa de ordenación extra tempora, ordenarse de diácono. Se ordena el 26 de abril.
Antes de ordenarse ya era párroco [conservamos un ejemplar de «El Correo español» del 27 de diciembre de 1902, donde ya se informa de la segunda provisión del concurso de curatos y de los pueblos de Guadalajara a los que será destinado]. El informe del cura párroco propio, el de San Marcos de Toledo, da a entender que era mozárabe. Pide ordenarse en la dominica III después de Pascua; y tuvo lugar en la capilla del palacio arzobispal el 3 de mayo de 1903, siendo ordenado por el arzobispo de Toledo, beato Ciriaco Mª Sancha».
Su primer destino, en 1903, como queda dicho fueron las parroquias de Sayatón y Anguix, provincia de Guadalajara. En 1907, pasa a Magán (Toledo). En “El Castellano”, del 26 de septiembre de 1914, se da noticia de que el párroco de El Pulgar, don Ricardo Monroy, ha presidido el día 20 la misa solemne del Santísimo Cristo del Amparo de Casasbuenas (Toledo).
En 1918, el 12 de noviembre, también en “El Castellano” se da noticia de la provisión de curatos con el título de “Nuevos párrocos”, allí leemos que don Ricardo ha sido destinado de párroco a Castilblanco (Badajoz).
De la parroquia de Castilblanco (Badajoz) pasará como párroco a Santa Ana de Pusa (Toledo). En esta parroquia le tocará vivir, el 16 de mayo de 1925, la muerte de su padre Mariano Monroy y Ruedas.
Una semana después, el 24 de mayo, aparece publicada la previsión del curato de la parroquia de San Sebastián de Los Navalucillos a nombre de don Ricardo. Fue ecónomo de la misma desde 1925 a 1932.
Del 12 de septiembre de 1927 publica “El Castellano” la crónica sobre la fiesta de la Virgen de las Saleras, «invocación típica y especial con que este pueblo viene, desde luengos siglos, rindiéndole culto a la Virgen, conmemorando así una misteriosa aparición con que esta celestial Señora le favoreciera. Ni la Asociación, a la que pertenece casi todo el pueblo, ni el celoso párroco don Ricardo Monroy, ni el Municipio, han omitido medio alguno de cuantos sirvieran para el esplendor de estos actos».
Al final de la crónica, se puede leer: «ha salido para San Sebastián y Lourdes, nuestro querido párroco don Ricardo Monroy, Deseámosle feliz viaje».
Su último nombramiento llevará a don Ricardo a la localidad toledana de Ocaña. Tenía ya 54 años y es nombrado capellán del Asilo que regían las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
Aunque una esquela del 18 de julio de 1939 recoge que tanto el párroco como el capellán fueron asesinados el 8 de agosto de 1936, en realidad fue días después: el 14 de agosto, vísperas de la Asunción.
Escribe Rivera Recio que «al estallar la revolución encontrábase al frente de ella don Vidal Santamera Blas, párroco y arcipreste del partido de Ocaña- Detenido el día 26 de julio, fue llevado a la iglesia de las madres carmelitas, convertida en prisión, donde prodigó consuelos entres sus compañeros de cautiverio, animándolos a “morir por Dios, si era llegado el momento de ofrecer al Señor la vida en sacrificio, pues España necesitaba de mártires”. Por fin, e 14 de agosto, sacado juntamente con don Ricardo Monroy y otros doce detenidos, fueron conducidos al sitio denominado “La Cuesta del Madero”, en la carretera de Andalucía. Fueron horriblemente maltratados y fusilados. Sus restos descansan en el cementerio del pueblo, al que fueron trasladados el 14 de abril de 1939». (página 61, del segundo tomo).
Foto: Las Hermandades de Jesús Nazareno y de los Armados escoltando a Jesús. Hacia 1930. (Archivo de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ocaña).