Este tercer tomo completa el relato de la persecución religiosa en la Archidiócesis de Toledo entre 1936 y 1939, centrándose en las vicarías de La Mancha y La Sagra. Aquí se recogen los perfiles de los sacerdotes que derramaron su sangre en campos humildes, aldeas manchegas y pueblos llanos, muchos de ellos conocidos sólo por sus feligreses. La obra da voz a pastores olvidados por el mundo, pero gloriosos ante Dios, que no abandonaron sus parroquias ni dejaron de celebrar la Eucaristía, incluso sabiendo el riesgo que corrían. Este volumen no solo preserva la memoria histórica de los mártires, sino que también transmite el espíritu de fidelidad y caridad con el que vivieron hasta el final. En su entrega resplandece el rostro de Cristo, Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas. Que su ejemplo inspire a las nuevas generaciones a vivir la fe con la misma entrega y valentía.
