Martirio en el corazón de la Mancha

La auténtica ‘memoria histórica’ lleva a recordar a quienes, siguiendo las huellas de Jesucristo, y por ser sus discípulos, fueron martirizados por quienes obraban impulsados por el odio a la fe en la España de 1934 y 1936-1939.
El martirio es el supremo testimonio que el cristiano puede dar de su fe en Jesucristo, muerto y resucitado. Basta que se demuestre el martirio, para que la Iglesia proponga a sus fieles el ejemplo de los mártires, que gozan de la gloria de Dios en el cielo. Para demostrar el martirio están los procesos que cada diócesis y Roma llevan a cabo. En este caso, la de los Mártires en el corazón de la Mancha, sobre los mártires de Ciudad Real, encabezados por un gran sacerdote, Don Antonio Martínez Jiménez.
Otro sacerdote de Ciudad Real, Francisco del Campo Real, -que ya publicó en Edibesa “Mártires de Ciudad Real”, poniendo como cabeza de grupo al obispo mártir de esta diócesis- enfoca ahora su certero objetivo a la figura de D. Antonio Martínez, que a la gloria de su martirio añade la ejemplaridad de una vida sacerdotal plenamente evangélica. Por eso podía decir el sacerdote mártir, anunciando su final en la tierra y su paso a la gloria: Un tiro en el corazón, y a tomar posesión del cielo.
Dios quiera que esta obra, escrita con tanta documentación y admiración hacia el protagonista y sus compañeros mártires, ayude a que se conozcan los indudables méritos de quienes vivieron santamente y murieron como Cristo en la Cruz, perdonando a quienes los mataban.